Dumat, el dragón del silencio. Zazikel, el dragón del caos. Toth, el dragón de fuego. Andorahl, el dragon de los esclavos. Urthemiel, el dragón de la belleza. Razikale, el dragón del misterio. Lucasan, el dragón de la noche.
Había siete viejos dioses, grandes dragones alados que se
dice que gobernaron el mundo antiguo. La capilla sostiene que ellos fueron los
responsables del pecado original, que apartaron a la humanidad de su verdadero
creador mediante engaños. La fe de los hombres flaqueó y así él se apartó del
mundo, pero no antes de enumerar a los viejos dioses en prisiones eternas bajo
tierra como castigo.
Los eruditos suponen que los antiguos dioses debieron de
existir realmente en algún momento, pero casi todos coinciden en que
probablemente eran dragones de verdad: antiguos dragones celestiales de un
tamaño desconocido hoy y lo bastante imponentes como para aterrorizar a los
pueblos antiguos para que los adoraran. Algunos sostienen incluso de estos
dragones se encuentran durmiendo, debido a una suerte de hibernación y no a la cólera
del Hacedor.
Con independencia de la verdad, la leyenda mantiene que
incluso desde sus prisiones subterráneas los antiguos dioses son capaces de
susurrar en los oídos de los mortales. El arconte Thalsian, el primero de los
maíces, que decía haber contactado con el viejo dios Dumat, utilizó la magia de
sangre que éste le enseñó para conseguir un poder increíble en Tevinter y
proclamarse gobernante de un imperio. A cambio, fundó los primeros templos que
adoraban a los viejos dioses y los tragones se identificaron por todas partes
con el poder imperial.
Hasta la fecha, se dice que cuatro de los viejos dioses se
han despertado como archidemonios corrompidos: Dumat, el primero y el más
poderoso, murió en la batalla de los campos silenciosos; Zazikel cayó en la
batalla de refugio celeste; Toth fue abatido en la batalla del salto del
calzador; y Garahel, el legendario guarda gris, mató a Andoral en la batalla de
Ayesleigh. Los archidemonios sólo han sido identificados tras años de
discusiones de los estudiosos y, al día de hoy, no se sabe con seguridad si
eran realmente viejos dioses o no, sólo meros dragones. Lo único que se sabe
con seguridad que es que los engendros tenebrosos cazan para ellos en lo más
profundo de la tierra. Si realmente son los viejos dioses, como creen muchos
eruditos, sólo nos quedan tres ruinas por delante. No obstante, ¿Qué ocurrirá
cuando todos los viejos dioses hayan resurgido y los hayamos matado? ¿Terminarán
las ruinas para siempre y la humanidad se ganará por fin el perdón del Hacedor?
Veremos.
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